Según cifras oficiales del Ministerio de Interior, la ocupación ilegal en nuestro país aumentó en torno a un 5% en 2020. O lo que es lo mismo, cada día se ocupan 40 nuevas viviendas, lo que ha supuesto un tremendo quebradero de cabeza para nuestro sistema judicial y policial.
¿A qué se debe esta situación? Estas prácticas se han generalizado porque resulta muy sencillo usurpar un inmueble, ya que podemos encontrar toda la información necesaria en Internet. Además, se han establecido mafias organizadas que están detrás de la creación de un mercado inmobiliario ilegal.
La ocupación: un negocio en alza
Aunque la ocupación comenzó en la década de los 80, fue durante la pasada crisis económica cuando experimentó un crecimiento exponencial. Cada día se producían decenas de desahucios y la situación laboral era muy incierta, por lo que este modelo se convirtió en una respuesta para aquellas familias que no podían acceder a una vivienda.
A partir de entonces, las mencionadas mafias entraron en acción y debido a la legislación vigente se han vuelto mucho más fuertes. Y también más sofisticadas, ya que además de rastrear los portales inmobiliarios y las redes sociales, han comenzado a visitar los registros de la propiedad o el Catastro para conocer las características del inmueble que quieren ocupar.
Mercado negro inmobiliario
El Ministerio del Interior advierte que estas organizaciones criminales han creado redes para la usurpación de viviendas a gran escala y su posterior alquiler o venta. De hecho, en la actualidad proliferan los contratos falsos y todo tipo de fórmulas fraudulentas para intentar burlar la legalidad.
De esta forma, la ocupación ha pasado de ser una alternativa para aquellos que no pueden acceder a una vivienda a convertirse en un lucrativo negocio a costa de los más desfavorecidos.
Principales técnicas que usan los okupas
A continuación, vamos a conocer las técnicas más utilizadas por los okupas para acceder a una vivienda.
Marcar la puerta
Uno de los métodos más simples, antiguos y efectivos que se conocen. Solo hace falta introducir un trocito de plástico junto a la cerradura de la puerta y pasarse al cabo de unos días. Si todavía está en su sitio, es que nadie ha entrado a la vivienda y posiblemente esté deshabitada.
Otra alternativa muy habitual es colocar en el marco de la puerta un pequeño hilo de pegamento o silicona. Si no se abre seguirá intacto, lo que les advierte de que nadie ha pisado el inmueble.
El truco del agua
Por el contrario, esta técnica es completamente nueva y se comenzó a usar por primera vez el pasado verano en Barcelona. Consiste en acceder a las llaves de agua del edificio y cerrarlas todas. Transcurridos unos días, el okupa vuelve para comprobar las que no se han abierto, ya que dichas casas estarán casi con total seguridad vacías.
Fuerza bruta
Los okupas aprovecharán cualquier ventana abierta o balcón para colarse en una vivienda, pero tampoco tienen ningún problema en usar la fuerza bruta si es necesario. Las palancas para forzar puertas están a la orden del día, así como los taladros, cortacristales, martillos y otras herramientas.